Leal García, Aurora
Construcción de sistemas simbólicos. 2a. Edición
Gedisa,1997. 274 p. 978-84-7432-279-8, Cód. 223206, 13,1 x 19,5 cm. $375

Colección: Investigaciones en Psicología.

El libro de Aurora Leal es apasionante en su lectura y en sus conclusiones. Investigar el proceso de la adquisición de la lengua escrita es entrar en terrenos de extraordinaria complejidad y, más todavía, hacerlo para intentar averiguar qué sucede desde la misteriosa perspectiva infantil

Hace cinco décadas el gran lingüista N.S. Trubetzkoy escribió un breve artículo, Nota para una ciencia pura de la escritura, en el que se señalaba que los investigadores del campo de la escritura y los lingüistas deberían cooperar estrechamente, cosa que, desgraciadamente, no sucede.

"Las dos ciencias -escribía- viven en un aislamiento completo y se ignoran recíprocamente en el plano metodológico" Superado este aislamiento, gracias a los principios teóricos piagetianos, la autora de esta obra ha logrado establecer los caminos de una investigación firme, investigación que tiene su base en experimentos rigurosos.

El lector seguirá con mucha atención estos aspectos experimentales y descubrirá, por ejemplo, una etapa de análisis silábico o la lucha del niño por representar el diferente acento de papá y papa; descubrirá, también, los problemas de la relación entre sustancia fónica y realidad, las reflexiones infantiles sobre las letras o el carácter arbitrario de las palabras.

Si el lector es filólogo, recordará que muchos de los problemas que aparecen tratados aquí son muy parecidos a los que se les plantearon a los escribas medievales a la hora de representar los nuevos sonidos románicos o a los misioneros de América cuando tenían que transcribir las difíciles consonantes indígenas.

Es verdad que habrá de seguir investigando en la línea iniciada por Aurora Leal, profundizar en aspectos concretos y mantener estrechos contactos con ciencias afines, como pedía Trubetzkoy, pero ha quedado abierto un camino de libertad credora en el proceso de enseñanza de la escritura que ningún docente podrá dejar de ignorar.

Prólogo de J.MI.Blecua




Ir al principio de la página